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Milei: «El problema no es una actriz, es una arquitectura diseñada para sostener a los políticos»
«Acá el problema no es una actriz. Es una arquitectura cultural diseñada para sostener el modelo que beneficia a los políticos. Bueno, nosotros venimos a terminar con eso. Sin embargo, muchos no la ven y no pueden disfrutar de esta clase aplicada», afirmó el presidente en un posteo que realizó esta mañana en su cuenta en la red social X (antes Twitter).
Milei tituló a su descargo «Desarmando el Gramsci cultural», y en el texto aseguró que «la raíz del problema argentino no es político o económico sino moral» y «tiene como consecuencias el cinismo político y la decadencia económica, este sistema está podrido y por dónde se lo toca sale pus, mucha pus, muchísima».
El mandatario retomó al teórico marxista italiano Antonio Gramsci y aseguró que en sus escritos señalaba que, «para implantar el socialismo, era necesario introducirlo desde la educación, la cultura y los medios de comunicación».
«Argentina es un gran ejemplo de ello. Cuando uno expone la hipocresía de cualquier vaca sagrada de los progres bienpensantes, se les detona la cabeza e inmediatamente acuden a todo tipo de respuestas emocionales y acusaciones falsas y disparatadas con el objetivo de defender a capa y espada sus privilegios», amplió.
Por este motivo, el Presidente subrayó que «no sólo quedan expuestos aquellos que reciben privilegios de los políticos en términos de remuneraciones no validables en el mercado» sino también aquellos «políticos, gobernadores e intendentes que se valen de los recursos aportados por los pagadores de impuestos para hacer propaganda política».
Y agregó: «Por supuesto también los seres más miserables de la política aparecen en busca de alguna ventajita que se apalanque en lo políticamente correcto (aunque en el fondo implique un acto violento)».
En este sentido, Milei aseguró que «cualquiera sea la columna que se denuncie del edificio de Gramsci, los receptores de privilegios de las otras dos saldrán en su auxilio».
«Lo más maravilloso de la batalla cultural llevada a la política versada sobre el principio de revelación es que cuando uno señala las vacas sagradas del edificio de Gramsci, automáticamente genera una línea de separación entre los que viven de los privilegios del Estado y las personas de bien», añadió luego.
En declaraciones periodísticas formuladas el miércoles por la noche y ayer, el presidente Javier Milei criticó en duros términos a «Lali» Espósito, a quien nombró como «Lali depósito» y definió como «un parásito que vivió chupando de la teta del Estado».
Las afirmaciones del mandatario cosecharon el repudio de diferentes ámbitos de la política y la cultura, que se solidarizaron con la artista.
Más tarde, fue la propia artista quien respondió al Presidente con una carta que difundió públicamente: “Mi nombre es Mariana Esposito. Nací en Parque Patricios, en el sur de la ciudad de Buenos Aires. Tengo 32 años y trabajo hace 22. Comencé a trabajar a los 10 años en televisión y en esos años tuve la dicha de participar de series y espectáculos con un éxito enorme. Esas experiencias me permitieron aprender, crecer en la industria, profesionalizarme y ganar dinero para ayudar a mi familia. Le pude comprar la casa a mis padres Sr Presidente!! No sabe que emoción tan grande”.
En otro fragmento del texto, la actriz y cantante señaló: “Respeto, aunque no comparto, que su plan dé la espalda o no priorice a la cultura, pero creo que la demonización de una industria y de las personas que la conforman no es el camino, siento que la asimetría de poder entre Ud y los que ataca por pensar distinto y la información falsa vuelve a su discurso injusto y violento”.
“Presidente, Usted es el capitán de un barco en el que viajamos todos, los que lo votaron y los que no, y por eso deseo que el camino que elija nos lleve a un mejor lugar. Democráticamente, acepto el camino que eligió la mayoría y desde el respeto quiero tener la libertad de poder pensar distinto”, insistió en el texto, en el que lo invitó a concurrir a un show suyo, con la convicción de que seguramente lo disfrutará.