Martes 26 de noviembre de 2024
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El Gobierno prepara la apertura de la Asamblea Legislativa y la oposición define su respuesta

En medio de un incesante movimiento humano, con personal técnico fluyendo de un lado al otro, visitas guiadas que no se interrumpen y móviles de televisión que trajinan sin pausa los pasillos, el Congreso se pone a punto para la apertura de la Asamblea Legislativa, programada para mañana, que por primera vez, y por orden del presidente Javier Milei, se desarrollará por la noche, desde las 20.

El Palacio Legislativo ya está vestido de gala, con centenares de banderas argentinas cubriendo todo el perímetro del Palacio. Adentro de los muros, los preparativos no se toman respiro.

En el Salón de Pasos Perdidos se dispuso al mediodía un corredor exclusivo en cuyos cercos, de un extremo al otro, se colocaron extensas banderas argentinas. Por allí desfilará el jefe de Estado junto a la vicepresidenta Victoria Villarruel y la comitiva de interior en su paso desde el Salón Azul hasta el recinto. Dentro del semicírculo sobresalía el atril desde donde dirigirá su palabra el presidente, que fue vuelto a colocar debajo del estrado.

El mueble de madera, que tiene el escudo nacional en el frente, había sido guardado ayer en una sala del subsuelo de la Cámara de Diputados luego de que se filtrara una imagen que la organización intentó evitar sin éxito.

Hoy volvió a aparecer en el mismo lugar, mientras los técnicos «tiraban cables» y acomodaban las cámaras dentro del recinto y en los palcos para la transmisión televisiva. Es la primera vez que un presidente elige un atril para dar un mensaje de apertura de sesiones.

Esquivo de los libretos, Milei vuelve a presumir originalidad, como cuando en la ceremonia de asunción presidencial decidió darle la espalda a los legisladores y a los distintos estamentos de la «casta política» convocadas en la Asamblea, ofreciendo su discurso de las escalinatas del Palacio hacia sus seguidores apostados en la plaza del Congreso.

Ese gesto de desprecio hacia la legitimidad del Congreso es una espina clavada para los diputados y senadores de la oposición.

En Unión por la Patria, que acumula irritación y broncas luego de que el presidente calificara de «nido de ratas» al Parlamento, entre una serie de agravios, se aprestaban a debatir en una reunión del bloque de Diputados cómo darle la bienvenida a Milei en el recinto y qué hacer en caso de provocaciones y agravios verbales.

Una posibilidad cierta que está sobre la mesa es invertir la gestualidad que tuvo el mandatario en la asunción y que esta vez que sean ellos quienes se volteen y le den la espalda cuando haga su ingreso al recinto. También podrían recibir al presidente con carteles críticos sobre las bancas, de la misma forma que lo hará el Frente de Izquierda. Pero la gran discusión que se dirimirá en estas horas es cómo reaccionar ante insultos o agravios del presidente, que descuentan que los habrá.

Un sector se inclina por levantarse de las bancas y retirarse del recinto. Otro sector se vuelca por la postura de mantenerse estoicos en las bancas hasta el final de la sesión y luego responder en los ámbitos correspondientes y a través de los medios de comunicación.

La apertura de la Asamblea estará a cargo de la vicepresidenta y titular del Senado, quien tras las formalidades de rigor y el izamiento de la bandera con la entonación de las estrofas del himno nacional, anunciará los nombres de quienes conformarán las comisiones de Interior y Exterior.

La comisión de exterior, que intercalará diputados y senadores de distinto signo político, será la responsables de darle la bienvenida a Milei, quien hará su ingreso al Palacio a través de la explanada de la avenida Entre Ríos.

Luego atravesará los salones Gran Hall y de las Provincias, desde donde será escoltado al Salón Azul para firmar los libros de Honor, tras un formal saludo con Villarruel.

Acto seguido, será conducido junto a la vicepresidenta al recinto por la comisión de interior, y buscará su lugar en el atril para iniciar su discurso. Este ritual institucional de la democracia se producirá en medio de una crisis prácticamente sin precedentes en materia de federalismo, con los gobernadores haciendo sonar los tambores de la rebelión, luego de una serie de polémicas decisiones del Gobierno que cortó cuantiosos fondos a las provincias.

Con el nivel de pobreza a punto de perforar el 60%, y con la mayoría de los gobernadores de distintos signos insólitamente unificados en una misma trinchera, el contexto no es el más relajado para el Presidente y por eso el tono discursivo con el que se dirija a los representantes del pueblo será clave para anticipar cómo podría articularse la relación futura con los distintos actores políticos de «la casta».

Afuera del Palacio, sobre la plaza del Congreso, no habrá prácticamente seguidores de Milei como ocurrió en la asunción presidencial y en lugar de ello se congregarán agrupaciones opositoras de izquierda y asambleas barriales que harán presencia para protestar contra la política del Gobierno.

Ese será el termómetro social que marcará el pulso de la primera Asamblea Legislativa que encabece el líder de La Libertad Avanza.

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