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El FMI empeoró sus previsiones para la Argentina: estima que la actividad económica caerá más de lo esperado
El organismo actualizó las perspectivas económicas globales y recortó sus expectativas de contracción del PBI al 3,5% desde el 2,8% que había calculado en abril; anticipó un rebote del 5% en 2025 y destacó la fuerte baja de la inflación por las medidas que adoptó el Gobierno
El Fondo Monetario Internacional (FMI) recortó las previsiones de actividad económica de la Argentina para este año del 2,8% de retroceso que esperaba en abril a una caída aún mayor, del 3,5% en su Informe de Perspectivas de la Economía Global (WEO, según su sigla en inglés) publicado hoy.
Mientras tanto, mantuvo sin cambios su cálculo de una recuperación en 2025: los economistas del Fondo todavía consideran que habrá un rebote y será del 5% el año próximo.
Como cada trimestre, el organismo internacional da a conocer sus perspectivas económicas globales que se mantuvieron sin grandes cambios.
En la conferencia de prensa destinada a actualizar el informe de perspectivas económicas, el economista jefe del Fondo, Pierre Olivier Gourinchas, dijo: “En primer lugar, la inflación ha bajado y esa es la buena noticia. La inflación ha bajado significativamente en Argentina”.
“En 2024, estamos proyectando alrededor de 140 por ciento. Sigue siendo una cifra alta, pero también refleja gran parte de la inflación que ya se ha producido. Y la inflación secuencial está bajando con bastante rapidez gracias a las enérgicas medidas aplicadas por las autoridades del país”.
En cuanto al ajuste, indicó que “el aspecto fiscal siempre ha sido un problema durante muchos, muchos años en Argentina. Y aquí, por primera vez en mucho, mucho tiempo, el Gobierno ha logrado un presupuesto equilibrado”.
“La cuestión es si podrá seguir haciéndolo en el futuro. Y ahí es donde el compromiso con el Parlamento y la adopción de medidas fiscales de alta calidad van a ser muy importantes. Y hay indicios de que se está avanzando en esa dirección. A ello se suma el endurecimiento de la política monetaria y la financiación monetaria del gobierno. Así que todas estas cosas van en la dirección de controlar la inflación, que ha sido un problema clave en el país”, aseguró.
De todos modos, aclaró que estas medidas “tienen un impacto en términos de actividad económica, por supuesto, porque hay menos gasto público, hay condiciones monetarias más estrictas”.
“Todas estas medidas van en la dirección de poner la inflación bajo control, que ha sido un problema clave en el país. Pero tiene un impacto en términos de actividad económica, por supuesto, porque hay menos gasto público, hay condiciones monetarias más estrictas, y esto ha llevado a una desaceleración muy significativa para 2024″, explicó.
Por su parte, Petya Koeva Brooks, subdirectora del Departamento de Investigación, agregó que “la revisión a la baja del 0,7, es realmente una especie de arrastre negativo de la muy considerable contracción que vimos en el último trimestre del año pasado. Pero de cara al futuro, incluso en los próximos trimestres de este año, esperamos que el crecimiento repunte y se recupere a medida que veamos cómo se desvanecen los efectos del ajuste fiscal, así como cómo vuelve la confianza y, por supuesto, suben los salarios reales”.
“Se proyecta que el crecimiento mundial estará en línea con el pronóstico de Perspectivas de la economía mundial (WEO) de abril de 2024, de 3,2. por ciento en 2024 y 3,3 por ciento en 2025. Sin embargo, el variado impulso de la actividad a principios de año ha reducido la divergencia de producción entre las economías a medida que los factores cíclicos disminuyen y la actividad se alinea mejor con sus potencial”, dijo el informe liberado esta mañana.
Aún así, el reporte destaca riesgos.
“La inflación de los precios de los servicios está frenando los avances en materia de desinflación, lo que está complicando la normalización de la política monetaria. Por lo tanto, los riesgos al alza para la inflación han aumentado, aumentando la perspectiva de tasas de interés más altas durante un período aún más largo, en el contexto de crecientes tensiones comerciales y una mayor incertidumbre política”, agregó.
El recorte de las expectativas de actividad argentinas vino de la mano de una peor perspectiva para la región. “En cuanto a América Latina y el Caribe, el crecimiento se ha revisado a la baja para 2024 en Brasil, reflejando el impacto a corto plazo de las inundaciones, y en México, debido a la moderación de la demanda. Sin embargo, el crecimiento se ha revisado al alza en 2025 para Brasil para reflejar la reconstrucción después de las inundaciones y factores estructurales de apoyo (por ejemplo, la aceleración de la producción de hidrocarburos)”, señalaron los técnicos del organismo.
La última revisión de Argentina
En su último staff report, de junio, el Fondo se refirió a las perspectivas de la Argentina. Allí se señaló: “Esperamos comprometernos a su debido tiempo en un posible nuevo programa plurianual respaldado por el FMI con el objetivo de continuar abordando nuestros desafíos profundamente arraigados y construir una Argentina más próspera”, cerró el ministro de Economía un mensaje a directorio, incluido dentro de los documentos oficiales.
“La firme implementación del plan de estabilización (basado en un fuerte ancla fiscal sin nuevo crédito neto al gobierno y correcciones de precios relativos) ha llevado a impresionantes compras de divisas por parte del banco central, los primeros superávits fiscales mensuales consecutivos en casi dos décadas, notablemente menores. Brechas cambiarias y diferenciales soberanos cayendo a mínimos de varios años”, le reconoció el FMI al Gobierno en el informe que dio lugar al desembolso de USD 800 millones al país.
El Fondo aclaró que “para sostener los sólidos avances ya logrados y respaldar la recuperación se requiere: (i) fortalecer el ancla fiscal mejorando la calidad y durabilidad de la consolidación en curso a través de medidas estructurales, algunas de las cuales están actualmente bajo consideración del Congreso y requieren aprobación oportuna; y (ii) perfeccionar los marcos de política monetaria y cambiaria y la comunicación para afianzar firmemente el proceso de desinflación, mejorar aún más la cobertura de reservas y apoyar la transición a un nuevo régimen de “competencia monetaria”, mencionó el FMI.
Sobre la recesión de este año, el organismo empeoró su proyección más reciente, aunque mejoró la de inflación. “La producción se contraerá alrededor de un 3,5% en 2024 (anteriormente un 2,75 por ciento), aunque se espera un cambio de rumbo en la actividad durante la segunda mitad de este año, a medida que se alivien los obstáculos de la consolidación fiscal, los salarios reales comiencen a recuperarse y la inversión se recupere en respuesta a las reformas”, mencionó el informe del staff técnico aprobado por el directorio.
“La actividad y la demanda se han contraído marcadamente, aunque hay señales tempranas de que algunos sectores podrían estar cerca de tocar fondo”, indicó el staff. En ese sentido, estimó una caída de la actividad de 3% en el primer trimestre (concentrado en construcción, industria y comercio), un retroceso del consumo y un recorte de los salarios reales de 17% entre noviembre y marzo. “Dicho esto, varios indicadores apuntan hacia una posible estabilización de la actividad económica a partir de abril, incluidas mejoras en la confianza del consumidor, un repunte del crédito privado y del consumo de cemento, todo ello en el contexto de un repunte de la producción agrícola tras la sequía del año pasado”, indicó el organismo.
Fuente: Infobae