Cultura

«Miloverso»: los elefantes de Milo Lockett van de la tela al NFT y viceversa

Luego de lanzar el «Miloverso», una colección de 11.111 obras en NFT creadas íntegramente a partir de su arte y hechas a mano con un diseño de alta calidad en junio pasado, el artista chaqueño Milo Lockett está transformando esas piezas virtuales en telas impresas, numeradas y firmadas, una iniciativa que trastoca las reglas del arte digital.

«Miloverso» es la primera colección de arte digital del chaqueño que también ofrece piezas tangibles a los compradores de sus NFT, como remeras y telas impresas, pintadas y firmadas por él, informaron desde The Collections, el ecosistema de tokens digitales que reúne obras de artistas latinoamericanos y que alberga las piezas de Milo Lockett.

Se trata de la primera colección de NFT’s diseñada por un artista argentino, elaborada a mano con más de cien ilustraciones únicas que luego fueron capturadas en 3D junto a un equipo de artistas digitales: «Milo eligió como protagonista de la colección al elefante, un personaje que encarna humildad, sabiduría, protección y amor», indicaron.

Como parte de la iniciativa, se realizó una escultura de elefante con una impresora 3D, con el objetivo de crear un corpóreo del mismo modelado del elefante, que luego el artista pintó a mano y en donde estampó su firma. Los integrantes de la comunidad «Miloverso» que adquieran al menos dos NFT recibirán una impresión en tela firmada y numerada, agregan en un comunicado.

 

 

Nacido en el Chaco e instalado en Buenos Aires hace años, Milo Lockett es reconocido por sus pinturas de trazos simples y coloridos, en las que suele retratarse con una coronita. Además de ser un fenómeno de ventas, pinta cuadros, publica libros, realiza murales en hospitales y provincias, visita escuelas rurales y comunidades de pueblos originarios para dibujar junto a ellos y viaja a exponer en galerías del exterior.

No sólo llegó a pintar 1.500 cuadros en un año sino que sus inconfundibles dibujos han ilustrado sábanas, acolchados, almohadones, vajilla, carteras, latas de galletitas, relojes y muchos otros productos comerciales. El artista que llegó a ilustrar «El Principito», de Antoine de Saint Exupery, es reconocido por sus imágenes simples: ojos sugerentes, miradas, rostros, animales, palabras sencillas, a veces leyendas como «feliz estoy» en algunas partes de la pintura; un guiño al mundo infantil y juvenil donde su obra precisamente tiene mayor eco.

Fuente: Télam

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