Cultura

El Fogón de los Arrieros inicia la temporada cultural con el legado fotográfico de Grete Stern

El Fogón de los Arrieros anunció el comienzo de la temporada cultural 2022, cuya apertura será mañana a las 21, con una semana dedicada a la fotógrafa alemana Grete Stern y su paso por Resistencia.

En este marco, el espacio cultural de la calle Brown 350, comenzará con la presentación fotográfica de Stern sobre las esculturas de la ciudad, durante su estadía en la capital chaqueña.

Ese mismo día, la arquitecta Marcela Bernardim brindará la conferencia “Una habitante moderna, Grete Stern y El Fogón de los Arrieros”. La agenda continuará el miércoles 6 de abril, a las 21, donde se proyectará La mirada oblicua,  película documental que dirigió Matilde Michanie (2016).

Finalmente, el viernes 8, también a las21, la Dra. Mariana Giordano disertará sobre “Grete Stern fogonera”. Vale señalar que las dos disertantes son socias colaboradoras de la institución además de prestigiosas académicas.

Espíritu fogonero 

El escultor Juan de Dios Mena, invitado por Aldo Boglietti, se instaló en El Fogón de los Arrieros en noviembre de 1944 y allí vivió y tuvo su taller durante 10 años, hasta su fallecimiento el 4 de abril de 1954, fecha que luego fue designada como el inicio anual de la temporada cultural de la institución. 

Desde su origen, El Fogón de los Arrieros reunió una singular cofradía de artistas: pintores, escultores, muralistas, grabadores, escritores, poetas y músicos, todos congregados bajo el emblema que preside el frente del edificio: “La amistad”, mural de Julio Vanzo que simboliza la mano abierta a los cuatro rumbos del mundo.  

Grete Stern y su huella en Resistencia  

Grete Stern(Elberfeld, Alemania, 1904 – Buenos Aires, Argentina, 1999) fue una diseñadora y fotógrafa alemana nacionalizada argentina, alumna de la Escuela de la Bauhaus. 

En la década de 1930, trabajó con Ellen Rosenberg. Más tarde, tras la llegada de Hitler al poder, tuvo que emigrar debido a su origen judío y su ideología de izquierda. Su destino inicial fue Londres, donde abrió un estudio (1934) pero afianzada su relación con Horacio Coppola, fotógrafo argentino con el que había estudiado en la Bauhaus y con quien finalmente se casó, su destino final sería junto a él en Argentina, donde ambos dejaron la mayor parte de su legado fotográfico. Ella se consideraba una fotógrafa argentina y en 1958 adoptó la nacionalidad. 

Su casa familiar en Buenos Aires fue un punto de encuentro de intelectuales. Entre las amistades que la frecuentaban estuvieron figuras como Pablo Neruda, Jorge Luis Borges, Renate Schottelius, Clement Moreau, etc. Algunas de las personalidades internacionales a las que retrató fueron Bertolt Brecht y Jorge Luis Borges. 

Ya divorciada, permaneció en Argentina. Viajó por este país sudamericano y conoció a la escasa, pero todavía existente población indígena, a la que fotografió y con la que se involucró de modo especial. Llegó a ser profesora de fotografía en la Universidad de Resistencia en la Provincia del Chaco y se dedicó a los problemas sociales de la comunidad originaria de esa zona. 

En 1982 recibió el Premio Konex – Diploma al Mérito como una de las 5 mejores fotógrafas de la historia en la Argentina. En 1985, debido a una dolencia ocular, abandonó la fotografía.

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