Espectáculos
Dolor en el último adiós a Silvina Luna
Sólo se permitió el ingreso de unas 20 personas, que al mediodía partíieron con el cortejo fúnebre hacia el Cementerio de la Chacarita, donde realizaron una ceremonia, previa al entierro en el Panteón de Actores.
El hermano de la actriz, Ezequiel Luna, su abogado Fernando Burlando y sus amigos Milca Gili, las hermanas Victoria y Soledad Rodríguez, Rodrigo Fernández Prieto, Gabriela Vaca Guzmán y su pareja Jorge Brito, Ximena Capristo y Gustavo Conti fueron algunos de los que estuvieron en la ceremonia íntima que se hizo por la mañana y que luego acompañaron los restos en el cortejo fúnebre hacia el cementerio.
En las inmediaciones del citado predio del barrio de Chacarita, acudió un importante número de personas, entre ellas, ex pacientes de Aníbal Lotocki, como Stefy Xipolitakis, algunos seguidores de la actriz y muchos amigos.
Entre los presentes, estaban y amigas, entre ellos, el conductor Ángel de Brito, María José «Majo» Martino y Lucas «Locho» Loccisano, la actriz Rocío Marengo, quien no quiso hablar con la prensa, al igual que Cinthia Fernández, que optó por no dar declaraciones, y la actriz Iliana Calabró, que dialogó con Intrusos muy conmovida.
«Me hace muy mal, les pido que se sumen a la marcha y que la Justicia pueda llegar a la verdad. Hay gente que no denuncia porque tiene miedo a exponerse. Acá hay un culpable», señaló Calabró.
Por su parte, Brito expresó: «Es un momento muy triste para todos. La quisimos mucho, vivimos de los momentos más lindos de nuestra vida y desde hace 12 años, cuando lamentablemente tomó la decisión de operarse, su vida cambió para siempre».
Por la tarde, se realizará una marcha en la puerta de la casa de Aníbal Lotocki para pedir Justicia por la muerte de Silvina como así también las de Mariano Caprarola, Cristian Zárate y Romina Vega.
Silvina Luna murió el 31 de agosto, a los 43 años, en el Hospital Italiano, tras haber permanecido 79 días internada por complicaciones en su salud.
La actriz tenía una insuficiencia renal aguda y todos sus órganos se habían deteriorado, según se presume, por un líquido que le habría inyectado Aníbal Lotocki.